miércoles, 4 de junio de 2014

Huellas de mi ciudad.

       La realidad comenzó y se forjó entre esas cuatro paredes cerradas con húmedos olores y pinturas grises más que desgastadas. Las manchas creaban formas semejantes a las de la casa de Belmez;  incluso se podría distinguir un cielo de tormenta en esa gama de grises. Las ratoneras hacía días que no atrapaban a ningún roedor de larga cola y bello corto, el queso Edam evocaba a cierto tipo de queso francés y de él comenzaban a florecer microorganismos de colores verdes, su mundo inteligible no había estado más que viajando y cociéndose como si de un estofado de ternera con verduras en la olla a presión se tratase. Podía sentir el humo de dentro de su cabeza. Podía sentirse la tensión; sería capaz  incluso llegar a mascarla como si un chicle Orbit fuese, pura elasticidad formal con fragancia a Eucapliptus industrial. El Señor Pallini trabajaba en aquel pequeño cuchitril cinco días a la semana para descansar dos. Limpiar ventanas, cambiar grifos, barrer sucias esquinas, despegar pegatinas, soportar quejas de estúpidos indecentes catedráticos, colocar carteles... Le resultaba rutinario y pesado abordar esas labores día tras día a dispensas de la creatividad que él sabía que cargaban sus espaldas. Una mochila llena de ingenio que era hora de abrir y vaciar. Demasiado tiempo planeando abrir esa cremallera. Años trabajando y observando en ese lugar le habían permitido adquirir las concepciones suficientes como para poder elaborar el plan al que tanto tiempo había dedicado, un plan basado en artísticas estratagemas y minuciosos cálculos sociales. Alumnos pasaban por los pasillos cambiando año tras año. Había visto culturas urbanas pasar y volver. Había relacionado modas de décadas anteriores con movimientos contraculturales actuales y nadie había escuchado jamás sus fieles y reflexionadas palabras. Nunca había sido posible llevar una convivencia adecuada con nadie y probablemente viniese dado por sus pensamientos constantes en círculo. Una duda le abordaba de manera continuada el intelecto: ¿conseguiría culninar la obra definitiva a pesar del dolor que iba a causar?.