sábado, 15 de noviembre de 2014

AQUARIUM

“Hubo muchas contiendas tras la decadencia que provocó en nuestras vidas los cambios alimenticios y vitales que creó el todavía recordado Dr. Pudovkin. La muerte tocaba con sus frías manos a nuestras débiles puertas (siempre acompañada de los representantes de las pequeñas provincias-estado que se crearon tras el abandono del mundo siperior). Abajo nadie hacía por percibir el sufrimiento y las atrocidades que se estaban cometiendo en el mundo terrestre. Arriba levantábamos nuestros rastrillos, hoces  y guadañas en balde.”
                                                                                              Un agricultor de Marsella

            La luz que emitían los fondos oceánicos se podía contemplar desde la ya abandonada Estación Espacial Internacional que construyó el viejo país soviético en la órbita terrestre en el último tercio del S.XX. El brillo irradiaba parte de las aguas creando formas geométricas conectadas entre sí por finas líneas -las cuales resultan ser las autovías acuáticas modernas que conectan unas estaciones subacuáticas con otras-. La arquitectura que se desarrolló usaba el cristal y el metal como materiales principales, imitaba formas tomadas e inspiradas directamente de los templos orientales hindúes; bases finas muy estilizadas y habitáculos superiores dónde se desempeñaban las funciones diarias más rutinarias. Bajo las aguas hay grandes naves dónde se produce lo necesario para desarrollar la nueva sociedad; naves-escuela, naves-factoría, naves-comerciales… Todo lo que conocíamos trasladado a un ámbito atmosférico muy diferente.

La contaminación dejó de importar años atrás, nadie mencionaba lo que ocurría en el mundo de arriba; la superpoblación que el planeta vivía durante los principios del S.XXI dejó de ser un problema. El oxígeno se produce de forma artificial aprovechando la base molecular de cierto tipo de plantas acuáticas  que solo crecen en las fosas más profundas del Pacífico. Las placas tectónicas y chimeneas volcánicas ofrecen la energía térmica necesaria para calentar e iluminar el diseño del nuevo mundo subacuático. 

sábado, 1 de noviembre de 2014

Huellas de mi ciudad.

             Desde que el profesor Robert Pudovkin alteró la naturaleza olfativa de las apariencias, el mundo que conocíamos dejó de existir. En un principio hubo muchas disputas; grandes empresas de perfumes francesas se lanzaron réplicas sobre el por que de aquellos principios tan básicos y que nunca habían sido capaces de sintetizar. Restaurantes con sucursales a nivel internacional dejaron de  preparar sus productos de manera tradicional y comenzaron a utilizar ingredientes con formas insospechadas con anterioridad. Todos los productos se manipulaban. En efecto, tras las investigaciones y descubrimientos que llevo a cabo el profesor Pudovkin nació la conocida “Era del Gusto y el Olfato” que se extiende hasta este día en el que apenas nada de lo que conocíamos existe.