viernes, 6 de febrero de 2015

Huellas de mi ciudad.

     Entre el Barullo de la performance que ese famoso artista había montado delante del Duomo y mi percepción de la magnitud espacial de dicho edificio, apenas quedaba nada más a lo que prestar atención. Existían cientos de escenas cotidianas y pedantes como las que vivimos a diario: turistas realizando fotos, grupos de niños en excursión, parejas de enamorados sacados de comedias americanas, hombres que buscaban un imposible brillo al mármol de la plaza… Pero no; nada de eso iba a ser capaz registrar mi mente en esa mañana; no había espacio en ese momento para la antropología ni la sociología. En esta ocasión tenía claro dejarlas de lado y dar la espalda a todo lo que creía ser. Lo de la vocación voyeur y el confidencialismo social se desplomaban como el pichón alcanzado por el vástago cazador cuándo se dispone a alzar el vuelo.  En los pináculos se acumulaban cientos de palomas que no quería ver, en las esquinas hombres repartían folletos con publicidad que no era capaz de recoger. Lo que un día no quise abandonar y hoy he hecho.
Quizás nos habíamos cruzado mil veces por delante del Duomo antes, pero no nos habíamos reconocido o inconscientemente lo habíamos evitado -como he dicho, siempre se encuentra saturado de estimulaciones que hacen que uno pierda la conciencia de sí mismo-. Era una mañana fría y por fin tras varias semanas de auténtico frío invernal había salido el reluciente sol; las vidrieras de los grandes edificios proyectaban el azul casi turquesa que caracteriza a esta ciudad en los pocos días al año en el que al dios sol de los celtas se deja ver la espalda. Y yo vi tu espalda; y como no, me abalancé sobre ella. Una larga chaqueta, pero yo vi tu espalda. Llevabas la capucha puesta, pero yo vi tu espalda. Siempre me recordó a una de las gracias que pintó Annibale Carracci para la Galería Farnesio y por desgracia durante la universidad tuvimos que hacer un proyecto sobre ella, cómo olvidar esa maldita exaltación física de lo sobrehumano. Te pregunté.